
Una situación indignante sacude al departamento de Amambay. Supuestamente, los concejales liberales de la Junta Departamental Verónica Sánchez, Celia Rolón y Jorge Martínez, han sido señalados por exigir prebendas a cambio de aprobar y reconocer la gestión del gobernador «Juancho» Acosta.
En un año no electoral, cuando se espera que los representantes actúen con responsabilidad y transparencia, estas prácticas políticas dejan en evidencia el verdadero interés de ciertos sectores: los beneficios personales antes que el bienestar de la ciudadanía.
Fuentes cercanas aseguran que los ediles habrían condicionado su apoyo a la gestión departamental a cambio de beneficios particulares (bizcocho) en una muestra clara de que la vieja política sigue vigente.
La población amambaiense merece representantes que velen por sus necesidades y no que conviertan la función pública en un mercado de negociaciones ocultas. ¿Hasta cuándo se permitirá que este tipo de manejos sigan manchando la administración pública?