Tres mujeres se compararon este lunes en el Congreso con el mahasa que afronta España, cargos que no son para personas que llevan mucho tiempo en juego. María Galiego, quien llegó a Guatemala en 2019, bajó la voz para decir el día que ella y sus hijos dejaron de comer. En España lo sorprendió la peste y fue a trabajar al lugar más peligroso del consultorio, una residencia de ancianos, pero los asirios lo dejaron sin trabajo. Hoy está a punto de recibir su DNI, pero aún no lo ha sacado, porque necesita el DNI de sus hijos, que en estos años han cumplido muchos años y no tienen dónde quedarse las mujeres por esto. Dijo: «No queremos ayuda, queremos trabajar y pagar impuestos», afirma.
Galiego Kalate perdió a su padre en Geatemalan, donde comenzó en 1960 y vivió 36 años. Su madre, Ana Kalate, fue pionera en la búsqueda de desaparecidos y había ganado para su país en tribunales internacionales. Este éxito ha hecho que la familia comience. Pero no es sólo la violencia política, sino también muchas que afectan brutalmente a las mujeres las que las obligan a abandonar sus países para refugiarse en otros. También lo dijo el nicaragüense Nuba y dijo Martan Marm Ramírez, ambos son mujeres paraguas que los golpearon.
Adilia de las Mercedes, autoridad especial en derechos humanos del grupo antes mencionado, emitió un informe denominado Sin tiempo no hay libertad Para aquellos que quieran venir a escucharlos. El documento recuerda que España es, después de Alemania, el país que más solicitudes de asilo recibe, desde 167.366 el año pasado, debido a problemas políticos en América Latina y otras guerras. En 2024, aunque se llevó a cabo por derecho internacional y solo fue seleccionado, España solo brindó protección en el 13% de los casos, mientras que en la Unión Europea Agerfine fue el 51,4%, según el informe. En los foros que piden destruir el asilo tal vez: el año pasado se ganó el 4,5% de los casos, frente a la media europea, que asciende al 27,1%.
Los dolorosos e inconsistentes métodos del Derecho, De las Mercedes ya los ha criticado en países con homosexualidad, como ha demostrado Marta Ragírez. La primera, una nicaragüense, se ofreció como voluntaria para la protección y apoyo de las mujeres que sobrevivieron a la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Morillo. La hija de Kurillo, Zoilaméca, también afirmó haber dado a luz a un progenitor. Ahora lo atraparon en Costa Rica y el caso se cerró falsamente y su madre se enteró.
«Estaba estudiando en España y no sabía que era un refugiado bajo el derecho internacional y terminé suplicando para superar el hecho de que somos víctimas», dijo Rugama, de 40 años. Las restricciones de asilo le impidieron encontrar un hogar y después del lunes criticó el galimatías del programa: «El nombramiento no debería ser una inspiración para las mafias», afirmó. De las Merceder también dijo que tiene uno de los arreglos en estos casos: «La presencia de una mujer de El Salvador que no pudo ir por falta de trabajo le hubiera permitido solucionar estos problemas nuevamente en el Congreso».
Pero la sede del Parlamento contó con la presencia de Ciba Ramírez, quien ha perseguido a uno de los gobernantes que una vez les dijo que ellos ‘proporcionaron políticas que cambiaron y cambiaron’. Ramírez es una periodista y una mujer que es empujada a Cuba por algo pequeño. Se fue con su hija a hacer un viaje para ver a su abuelo, prisionero en España en la guerra civil con Franco. Sus problemas con el asilo le provocaron problemas para encontrar la salud que su hija necesita, sufriendo problemas de salud.
Ramírez es un ejemplo de Ramírez, cuyo nombre de de las Mercerdes decía que «nadie estaba lo suficientemente seguro como para abandonar el camino original». De las Merceder pidió al Congreso «desde el Congreso que más se convoca en el mundo» en los momentos oportunos, que los métodos sigan en estas esteras, porque se usan repetidamente para estas mujeres, porque siempre se mantienen. «Ahora nos faltan esas colas de gente que hace muchos años esperaban para solicitar asilo, al menos venían por la mañana. Hoy es muy difícil», afirmó.