
En la sesión plenaria ordinaria de esta semana la Corte Suprema de Justicia (CSJ) informó que la camarista Bibiana Benítez Faría solicitó su desvinculación como miembro del Tribunal de Apelación Especializado en Delitos Económicos, Crimen Organizado y Anticorrupción, luego de casi 5 años de funciones en dicho fuero, en atención a que fue designada para el cargo en octubre de 2020, en coincidencia con la entrada en vigencia la ley sobre competencia del fuero especializado.
En su reemplazo el pleno de la CSJ designó al camarista Paublino Escobar, para integrar el tribunal de alzada junto a los magistrados Arnulfo Arias y Andrea Vera.
Se califica “penalista de alma”
Benítez Faría afirmó que entre el 80 y 90 por ciento de los procesos que ingresaron al tribunal especializado están prácticamente finiquitados, por lo que consideró que es hora de abocarse de lleno al Tribunal de Apelación Penal, 2ª Sala, del fuero ordinario, de la Circunscripción de la Capital.
“Yo soy una penalista de alma y considero que la magistratura es una vocación. En el fuero penal los plazos son muy exiguos, todo es para ayer. Un magistrado debe están en constante movimiento, gerenciando los expedientes que ingresan diariamente así como las resoluciones que deben salir ya; mientras que cuerpo y tu mente te exigen ¡pará un poco!”, expresó la magistrada respecto a la exigencia que tiene un camarista.
Señaló que el hecho de asumir la competencia en dos tribunales, significó para ella un esfuerzo extraordinario, teniendo en cuenta que, según destacó, el fuero penal no admite distracciones y exige a los magistrados técnica, rapidez y templanza para cumplir su labor.
Falta de funcionarios calificados
En contrapartida a todas las exigencias que tiene un camarista del fuero penal, Bibiana Benítez Faría cuestionó que, en su caso , no ha contado con recursos humanos calificados para coadyuven con ella en sus funciones, tanto en el tribunal ordinario como en el fuero especializado.
“Me he visto prácticamente sola y cada vez el trabajo ha sido más intenso, entonces yo creo que el Poder Judicial, como dentro de sus finalidades está la de ser eficiente, debe dotarnos a los magistrados de los recursos suficientes para que podamos cumplir en eficiencia nuestras funciones”, enfatizó.
Combate al Crimen Organizado
Respecto a las causas tramitadas en el fuero penal especializado, la magistrada Bibiana Benítez Faría indicó que se caracterizan por ser de alta complejidad, empezando por la cantidad de procesados, ya que un expediente puede tener entre 10 y 20 encausados, y cada uno tiene a sus propios defensores, cada quien llega hasta el tribunal de alzada con sus planteamientos, y son procesos de alto riesgo y de fuerte impacto social.
Al respecto insistió en que el fuero especializado conlleva tanto exigencia técnica, como rapidez, templanza y capacitación constante, aunque admitió que para este último requisito los magistrados no tengan tiempo suficiente.
Benítez Faría agregó sobre este punto que hace “malabares”, ya que actualmente está cursando su doctorado y diariamente afronta muchos desafíos para cumplir con las obligaciones académicas.
Empatía con el justiciable
En cuanto a los desafíos que se propone como miembro natural del Tribunal de Apelación Penal, 2ª Sala, de la Capital la camarista Bibiana Benítez Faría señaló que busca brindar al justiciable una resolución rápida y con empatía.
“Los magistrados tenemos que ser conscientes de que al otro lado hay personas que están clamando por justicia y yo trato de ser justa. Me puedo equivocar, claro que sí, pero mi objetivo como magistrada es hacer justicia y dar a cada uno lo suyo, lo que considero desde mi leal saber y entender”, remarcó.
Añadió que su intención es que el justiciable tenga una resolución fundada, que se entienda por qué está tomando esa decisión. “Tal vez solo un grano de arena porque formo parte de un colegiado y depende también de mis colegas para que las resoluciones salgan rápido”, indicó Benítez Faría.
Justicia humana
Por otra parte la camarista en lo Penal puntualizó la necesidad que tener una justicia más humana y que los magistrados no pierdan el contacto con la realidad, ya que deben emitir fallos siendo conscientes de lo que está ocurriendo.
“Sabemos que nuestro sistema procesal penal es garantista, pero el magistrado no debe de perder la mirada hacia la víctima y ese actor importante del sistema penal, que es la sociedad”, manifestó.
En ese sentido, añadió que los magistrados no deben estar encerrados en sus despachos, en atención a la necesidad de saber “lo que está ocurriendo afuera”.
Lucha contra el narcotráfico
La magistrada Bibiana Benítez Faría se refirió también a la lucha contra el narcotráfico en nuestro país y recordó el estudio realizado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que entre 196 naciones ubica al Paraguay en el 4° lugar como epicentro de las organizaciones criminales, solo por detrás Myanmar, Colombia y México.
A su criterio, este estudio confirma que el crimen organizado logró permear todas las estructuras de nuestra sociedad y que la lucha contra el tráfico de drogas debe ser un trabajo que involucre a todas las instituciones.
“El Poder Judicial es un pilar muy importante en esta lucha, pero solo no puede hacer mucho, esto tiene que hacer un trabajo conjunto. El trabajo de campo está a cargo de la Policía Nacional, la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad) y el Ministerio Público, y el Poder Judicial debe hacer de contralor de esa labor de investigación”, afirmó.
Según lo resaltado por la magistrada Benítez Faría, cuando los criminales son descubiertos en flagrancia a través de grandes operativos en los que los intervinientes incautan varios cargamentos de drogas y los presuntos responsables son detenidos; en Tribunales las defensas atacan las fallas cometidas en los procedimientos.
Resaltó que esta situación exige a las instituciones que se encargan del trabajo investigativo que hagan una labor minuciosa, cuidando todos los detalles, ya que una mínima falla podría anular todo el proceso judicial.
Poner límite a la corrupción
Consultada si en estos 20 años de magistratura recibió algún tipo de pedido o tuvo ofrecimientos fuera de lugar, Bibiana Benítez Faría aseguró que “ni en este ni en ningún momento” de su carrera.
“Creo que eso tiene mucho que ver con el respeto que el propio magistrado tiene que determinar. Una frase común en Tribunales es que ‘en el pasillo todo se sabe todo se escucha’ y yo puedo decir con toda firmeza que mi nombre jamás va estar en los pasillos”, expresó.
Resolución de recusaciones
Por último la camarista Benítez Faría se refirió a la postura de la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia, respecto a que las impugnaciones en contra de las inhibiciones de los magistrados que integran los Tribunales de Apelaciones, deben ser resueltas por los tribunales de alzada.
“Respeto la postura de la Corte, pero no estoy de acuerdo porque considero que las recusaciones o inhibiciones de los miembros de la Cámara de Apelaciones deben ser resueltas por la Sala Penal. Los camaristas que están resolviendo las impugnaciones contra aquellas inhibiciones de algún miembro de su sala, pierden objetividad, por eso no comparto”, sentenció.