03 de diciembre de 2025 – 09:19
Monseñor Miguel Ángel Cabello, obispo de Villarrica, afirmó que la atención en salud es un derecho humano y constitucional, y denunció que en Paraguay sigue siendo un privilegio para “unos pocos bendecidos por la bonanza económica o por avivados oportunistas”. Cuestionó la falta de inversión estatal para sostener la salud pública y criticó duramente el “pésimo” sistema del programa Hambre Cero. Fue durante la misa del sexto día del novenario de la Virgen de Caacupé.
En su homilía, Mons. Cabello señaló que Jesús invita a la responsabilidad y a “hacernos cargo” de construir una sociedad sana, con instituciones competentes que asistan a todos los ciudadanos. Sin embargo, lamentó que en Paraguay la atención cualificada en salud no sea un derecho efectivo, sino “un privilegio de unos pocos bendecidos por la bonanza económica o por avivados oportunistas”.
Indicó que la salud pública arrastra carencias crónicas: falta de insumos básicos, hospitales desabastecidos, profesionales que trabajan en condiciones precarias y pacientes que deben peregrinar en busca de atención.
“Se ha vuelto cotidiano escuchar la carencia de lo esencial. Los mismos profesionales se sienten impotentes al no poder dar respuesta”, expresó.
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Crítica directa al Estado y al programa Hambre Cero
En otro momento de su alocución también criticó el alcance limitado del programa Hambre Cero, al que calificó de “pésimo”, porque beneficia únicamente a algunas instituciones y no garantiza una nutrición adecuada para todos los niños, especialmente los de primera infancia.
Recordó que la buena alimentación es la base de la prevención y parte esencial de una salud integral.
Salud integral: física, mental, ambiental y espiritual
Mons. Cabello insistió en que la salud debe ser integral y que debe llegar a todos: niños, jóvenes y adultos. Señaló que hace falta espacios y profesionales especializados, especialmente en enfermedades mentales.
Enfatizó la necesidad de un ambiente sano y advirtió sobre los efectos nocivos de contaminantes, químicos agrícolas como el glifosato, y sustancias tóxicas utilizadas en la minería sin la debida fiscalización estatal.
También subrayó la importancia de la salud espiritual, recordando que muchas enfermedades “nacen de la falta de amor y de perdón”.
“Denles ustedes mismos de comer y de sanar”: responsabilidad social
Felicitó a las familias que cuidan con amor a sus enfermos y a los profesionales de la salud, a quienes llamó “héroes silenciosos que salvan vidas”, animándolos a no cansarse de servir y seguir adelante.
Pidió finalmente que la salud integral sea una prioridad nacional: “No permitamos que los ciudadanos sigan mendigando atención en otros países. Aún podemos y debemos dar respuesta desde nuestro Estado paraguayo”, puntualizó.