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El pasado de Hugo Ariel se remonta a su finado abuelo, don Ricardo Farías, un humilde trabajador y vendedor ambulante de frutas y verduras. Esta actividad la desempeñaba a bordo de las embarcaciones que llegaban periódicamente a esta zona norte, proveniente de la comunidad de Concepción, trayendo sus productos para ofrecerlos.

Fue así que decidió instalarse en esta población de Fuerte Olimpo, y para ello trajo a su familia, bastante numerosa por cierto. Se establecieron de forma precaria en una pequeña vivienda alquilada, desde donde él continuó con la venta de sus productos, mientras sus hijos asistían a la escuela.

Don Farías, como todos lo conocían, era un hombre analfabeto, pero tenía una enorme habilidad para las ventas y para realizar trabajos de todo tipo. Es así como logró que todos sus hijos pudieran acceder y finalizar una carrera profesional, ya sea en el área de la educación, la salud o incluso la abogacía. Lamentablemente, falleció durante la pandemia.

Madre ejemplar

Doña Graciela, madre soltera con su hijo el odontólogo.

Hugo Ariel, el joven odontólogo, es uno de ellos. El otro, de nombre Saúl, trabaja como médico en el Hospital Regional de esta comunidad chaqueña. La orgullosa madre, una mujer típica paraguaya, cuenta que para alcanzar estos logros de superación de sus hijos tuvo que luchar bastante, teniendo en cuenta que provienen de una familia humilde y, sobre todo, sabiendo que es una madre soltera.

“Vendiendo todo tipo de comestibles con la ayuda de mis hijos, pudimos salir adelante. No fue fácil, ya que atravesamos momentos muy difíciles, pero aun así nunca desistimos de alcanzar estos sueños”, dice la mujer. Por eso, afirma que los padres deben inculcar a sus hijos el valor del sacrificio y del trabajo, y apoyarlos en la realización de sus sueños.

Diversas profesiones

Hugo Ariel, además de recibirse como médico odontólogo, es un excelente profesional en la cocina. En sus días libres, o cuando regresaba a su comunidad durante las vacaciones, ayudaba a su madre en la preparación de comidas para la venta. Además, para ganarse un poco de dinero, también se dedicaba al rubro de la peluquería, una actividad que, por cierto, realiza de forma magnífica.

Pero sus diversas habilidades no terminan allí, ya que también se destaca en el arte: es un excelente dibujante y pintor de cuadros. Y como si fuera poco, también sobresale en el área de la construcción. Fue así como logró idear y trabajar personalmente, junto con algunos ayudantes, en la edificación de su propio consultorio odontológico.

Hace dos años que este joven culminó su carrera universitaria, y mientras esperaba la posibilidad de conseguir algún cargo en el hospital de esta localidad, decidió, junto con sus familiares y su madre, montar su propio consultorio, ya que no podía permanecer sin hacer nada.

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Hugo Ariel Rivas Farías, joven odontólogo, ejemplo de superación para muchos jóvenes.

Se endeudaron al realizar un préstamo para la compra de los equipamientos modernos del consultorio, al tiempo que comenzaban los trabajos de construcción del pequeño consultorio, ideado, trabajado y equipado por el propio odontólogo, que hoy brinda este tipo de servicios a la comunidad, siendo la primera clínica privada en la población.

Actualmente, doña Graciela posee un pequeño restaurante, siempre ayudada por sus hijos. Es así que, de forma permanente, solemos ver a sus dos hijos médicos ayudándola en sus ratos libres en las actividades de la cocina, ya sea preparando algún tipo de alimento o simplemente friendo empanadas.

Durante el acto de inauguración del local, en presencia de numerosas personas de la comunidad, se vivieron momentos de mucha emoción, pues todos conocen el esfuerzo y sacrifico de esta familia, quienes están sobresaliendo con base en la honestidad y el trabajo.


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