
Llegamos al último trimestre del año y muchos comienzan el “operativo verano”, pero se preguntan si lograrán llegar a la meta “y a qué costo”. En esta nota te contamos la respuesta de una nutricionista.
La idea de “llegar al verano” para lucir un cuerpo escultural ya no es prioridad; lo que se busca realmente es lograr sentirse mejor y con el cuerpo preparado para la cantidad de actividades que se aproximan y poder disfrutar de todas. La nutricionista Perla Cuevas asegura que aún hay tiempo y que no hace falta pasar hambre.
“Sí, se puede obtener resultado en sólo tres meses y sin pasar hambre. El secreto no está en comer menos, eso es siempre lo que yo le digo a mis pacientes, no es comer menos, sino comer mejor. Saber qué es lo que vamos a comer y los nutrientes”, aclaró.
Resaltó que lo más importante es aprender a comer con conciencia desde el cerebro. “Reemplazar lo que no nutre por alimentos que sí aportan”.
Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy
La ansiedad y los dulces
“Las proteínas tienen nutrientes que abren la llave de la saciedad, entonces, si vos consumís buena cantidad de proteínas, no vas a tener la famosa ansiedad. La gente en Paraguay no consume la cantidad de proteína que se requiere diariamente, por eso sufre de ansiedad. Tengo ansiedad por los dulces. Quiero comer algo dulce. Dulce, dulce, dulce. Porque el cerebro entiende la falta de los nutrientes, de proteína donde están los aminoácidos esenciales que se confunden con el tema de los dulces, se confunde eso”, indicó.
Agregó, que en este caso, lo que se necesita comer es proteínas, no dulces.
¿Dieta o estilo de vida?
La profesional de la nutrición manifiesta que la palabra dieta ya no se utiliza, que hoy en día se promociona un estilo de vida saludable, con nuevos hábitos.
“Dieta no, porque dieta da miedo. Las dietas tienen un principio y un fin que se asocia a pasar hambre, sentir culpa si no cumplís, lo que implica que muchos dejen la dieta. Las dietas no nos educan porque tiene ya esa estigmatización que voy a pasar hambre y no da gusto nada”, analizó.
Comentó que ella propone un plan de alimentación para mejorar la calidad de vida que se adapta a cada cuerpo, edad, emociones y necesidad.
“No se trata de dieta, no se trata de un mientras tanto, ahora o en tres meses, se trata del bienestar general de mejorar la calidad de vida y para siempre, porque si volvés a tus hábitos anteriores, los malos hábitos, vas a recuperar tu otra vez tu peso, por eso surge el efecto rebote”, insistió.
Asistir a eventos sin miedo a la comida
Teniendo en cuenta que llega fin de año y las actividades sociales se multiplican, indicó que no hace falta rechazar las invitaciones por miedo a lo que se vaya a encontrar en materia gastronómica, que le pueda hacer subir de peso de nuevo.
“Comer sano no significa encerrarte en tu casa para no gastar una fortuna ni para no salirte de la dieta. Es aprender a elegir, yo te enseño cómo vas a elegir desde la conciencia. Si te vas a un restaurante, podés elegir un pollo con ensalada, riquísimo, liviano, equilibrado. Si no te gusta el pollo, podés reemplazar por una carne asada con unos vegetales grillados y una ensalada mixta y si querés comer carbohidrato, podés, pero en tamaño de equilibrio. Así que si te vas a una churrasquería pedí abundante carne, pero con verduras, ya sean cruda o cocidas”, explicó.
Agregó que a los que gustan de los lomitos, también pueden seguir consumiendo, que no hace falta restringirse, eso sí, recomendó elegir lomito árabe, incluso, con una gaseosa light.
Finalmente, manifestó que lo importante es aprender a comer, a elegir y hacerlo en las porciones correspondientes. “Así que, sí se puede comer rico y fuera de casa, se puede, es cuestión de saber elegir”.