
PILAR. En una jornada cargada de emoción y espiritualidad, la comunidad católica de Ñeembucú celebró la ordenación sacerdotal del diácono Fredy Orlando Vázquez Villalba, quien recibió el sacramento del Orden Sacerdotal este sábado, día de la festividad de la Cruz.
La ceremonia se realizó en la Basílica Menor y Santuario Regional “Nuestra Señora del Pilar”, donde numerosos fieles, religiosos y autoridades eclesiásticas se congregaron para acompañar este acontecimiento de fe.
La misa fue presidida por el obispo auxiliar emérito de la Diócesis de la Santísima Encarnación, monseñor Claudio Silvero Acosta (SCI), quien tuvo a su cargo el rito de imposición de manos, signo central de la ordenación.
Durante su homilía, monseñor Silvero recordó el valor profundo del sacerdocio, describiendolo como una vocación extraordinaria.
“El sacerdote es un hombre como los demás, con sus defectos y virtudes, pero elegido por el Señor para ejercer en nombre de Cristo poderes sobrenaturales en la Iglesia”. Y añadió: “Es un hombre separado y consagrado para una misión sagrada: evangelizar, consagrar y perdonar, comunicando la vida de Dios a los hombres”.
El lema de ordenación del padre Fredy, Da per matrem me venire (“Déjame venir a través de mi madre”), refleja su profunda devoción mariana y su entrega al servicio de Dios por intercesión de la Virgen, especialmente de Nuestra Señora del Pilar, patrona de la ciudad.
Tras la misa de ordenación, el nuevo presbítero celebrará su primera Eucaristía este sábado a las 19:00 en la misma Basílica, y el domingo lo hará en dos parroquias de Ñeembucú: a las 09:00 en San Atanasio de Isla Umbú, y a las 19:00 en Santísimo Redentor de Pilar.
“¿Cómo podré pagar al Señor todo el bien que me ha hecho? ¡Levantaré la copa de la salvación e invocaré su nombre!” (Salmo 116), fue la cita bíblica compartida al término de la ceremonia, como signo de gratitud y esperanza.
La Diócesis, la comunidad rogacionista y toda la feligresía de Ñeembucú se unen para dar gracias a Dios por este nuevo pastor, orando para que su ministerio sea fecundo, lleno de luz, fortaleza y fidelidad, al servicio de los más necesitados.