
El obispo del Vicariato Apostólico del Chaco, monseñor Gabriel Escobar, dijo que nuestras autoridades pretenden vendernos la ilusión de que todos estamos mejor; sin embargo, la realidad es bien distinta en el Alto Paraguay, cuyos pobladores se encuentran aislados desde hace varias semanas por falta de caminos. Fue durante la misa crismal realizada en la catedral de Fuerte Olimpo.
El religioso mencionó a los diferentes sacerdotes que trabajan en el Vicariato, quienes, ungidos en la ordenación, renuevan sus promesas sacerdotales durante esta misa crismal, y de manera especial en este Año Santo de la Esperanza, mencionó.
Los sofistas eran maestros que predicaban y enseñaban a su manera, sin un conjunto de reglas o principios que seguir; en un sentido general, eran charlatanes que engañaban con sus discursos. Pues entonces, “no nos dejemos engañar por varios sofistas de nuestra actualidad”, refirió el monseñor.
En este tiempo de crisis y dificultades que nos toca vivir como pueblo paraguayo, “nos quieren vender que todos estamos mejor”, pero la realidad es bien diferente en esta parte del territorio chaqueño.
De esta manera se desarrollan las actividades religiosas por la Semana Santa en esta capital departamental, la más afectada por el aislamiento, teniendo en cuenta que más de 2.500 personas que viven en comunidades rurales o estancias de la zona se encuentran totalmente rodeadas por las aguas, y solo se puede llegar a esas poblaciones vía aérea.
Para las 19:00 de hoy está marcada la celebración de la Misa de la Última Cena, a cargo, como siempre, del monseñor Gabriel, con el lavatorio de los pies, procesión y adoración del Santísimo Sacramento.
Mañana, Viernes de Dolores, se realizará el Vía Crucis a partir de las 16:30, desde la catedral hasta el camposanto, con un recorrido de unos 2.000 metros, siempre dependiendo de que no se produzcan lluvias, tal como lo anuncia la Dirección de Meteorología.
A pesar de la crisis social y económica que se vive a consecuencia del aislamiento, las personas buscan la manera de participar de estas actividades religiosas, al mismo tiempo que realizan la preparación de la tradicional chipa.